Lo ha vuelto a hacer. Sí. Lo de Jim Jones es algo superior. Quizá haya artistas que me gusten un poquito más en disco (¡aunque ojo cn este “Ain’t No Peril”! De los muy favoritos de 2023 para Rock’n’Roll Animal y en el top 10 para los redactores de Ruta 66), pero es que en directo sencillamente ARRASA. De acuerdo, no lo voy a ocultar, Jim Jones es una de mis debilidades: un romance musical que se remonta al ya lejano otoño de 1991, cuando vi a sus Hypnotics telonear a The Cult. No tardé en hacerme con sus discos y se me cayó el alma a los pies cuando unos meses después actuaron en la sala Revolver de Madrid y creo que no acudimos ni cien personas.

Seguí comprando los discos de los Hypnotics, pero tras su disolución le perdí la pista durante una temporada y me enteré de (los también imprescindibles) Black Moses cuando estaban con los últimos estertores. Si hubiera cuajado de verdad lo del sello Poptones quizá hubieran gozado de otra suerte. También BellRays o los Hives, que fueron otras dos de las apuestas de Alan McGee. Pero la felicidad llegó con la inesperada revolución de rock and roll salvaje de la Jim Jones Revue. Esta revitalización de los pianos desbocados de los 50 se acabaría volviendo asidua de nuestros escenarios y editaron un puñado de muy buenos discos. Además tuve la suerte de entrevistarle en la primera visita, en 2009:

http://www.sonicwavemagazine.com/jim-jones-revue%20-la-hormigonera-del-rock-and-roll_section_6008.html

Nos pilló con el pie cambiado la ruptura de la Revue, aunque bien cierto es que se habían ido separando de su concepto original, dirigiéndose hacia un terreno más transversal, con un Jim Jones más chamánico. Pero nuestro hombre revivió una vez, en esa ocasión a lomos de un ave fénix llamado Righteous Mind. Sí, el mismo perro pero con distinto collar. Una nueva vuelta de tuerca a ese blues retorcido, quizá más oscuro y críptico, pero igualmente disfrutable y con un directo apabullante. La jodida pandemia dio al traste con ellos y su legado fue breve, pero muy intenso: dos fantásticos álbumes (además de algunos epés y singles) y otro buen número de incendiarias actuaciones por nuestros escenarios.

Hace unas semanas tuve la suerte de volver a hablar con Jim Jones de nuevo:

Evidentemente había muchas ganas de volver a verle sobre las tablas, de quedar noqueado con su directo, porque en la gira de septiembre de 2022 aun no se había publicado el álbum de la banda y su repertorio abusaba de las versiones, aunque no deberíamos olvidar que ése había sido en realidad el punto de partida de estos All Stars. Así fueron cincelando su personalidad, con esos vientos tan maravillosos que retorcían composiciones de los Beatles o la Velvet, que acentúan la faceta más R&B que siempre ha llevado dentro y que entronca de una manera muy orgánica con la imaginería voo doo y la teatralidad Screamin’ Hay Hawkins, aunque sin ataud. Además le permite a Jim Jones recuperar algunas de sus viejas canciones, las que encajan con este concepto y además nos hacen muy felices a sus fanses más devotos y veteranos.

Pero vamos a lo del lunes… Podríamos decir que nada nuevo, que más de lo mismo, pero es que yo no me canso de esta mandanga y cada concierto es una orgía de vatios y distorsión con uno de los mejores frontman de la historia del rock. Sí, no exagero. Porque es un tipo que baila, aulla, se arrodilla, guitarrea y enloquece cada vez que está sobre el escenario. Además va arropado por otros tremendos seis músicos: algunos viejos compañeros y otros nuevos, como esos dos saxofones que convierten a los All Stars en algo casi único en estos tiempos que corren y que permiten recuperar algunas de las canciones de aquel mágico “Soul Glitter And Sin”. También lo logran en el disco con la cinematográfica “Your Arms Will Be The Heaven”. Sin embargo “Gimme The Grease” evoca a la Blues Explosion más salvaje y desbocada, la de “Orange”.

En serio… ¡Por favor! Acudid ciegamente a sus conciertos. Os aseguro que vais a flipar. Es más, si me fiara de vosotros os diría aquello de que “si no os gusta os devuelvo vuestro dinero”, pero la picaresca abunda y yo estoy pelao ;-)